Entrevista A Lonnie Harper, Criador De Gallos De Pelea, De Mule Train.

Entrevista A Lonnie Harper, Criador De Gallos De Pelea, De Mule Train.
– Lonnie, empezaremos por el principio. ¿Cuántos años tiene usted en los gallos?
– Ya tengo en esto 40 años.
– ¿Con qué línea de gallos inició?
– Con unos gallos a los que yo llamaba “Bites”, pero como el nombre no le gustó al criador que los había logrado, entonces los llamamos “Double FF”, que en realidad eran Hatch… quizá provenientes de una línea de Kelso, del Sr. Marley. Empecé con esos gallos y todavía los tengo.
– Además de ésos, ¿qué líneas tiene actualmente?
– Tengo cuatro familias de pollos: Albany, Sweater, Hatch y Grays. Precisamente, estos Hatch que tengo ahora están directamente relacionados con los primeros que tuve; de hecho, son los mismos.

– Tengo una duda, ¿porqué su partido se llama “Mule Train”?
– Es una larga historia que trataré de abreviar. Una vez, hace muchos años, fui a Arizona al rancho de un amigo, pues me habían invitado a participar en un derby. Y ese día gané todo, yo solo; mis gallos arrasaron. Entonces se me acercó Marley, un muy buen amigo que andaba por ahí también, me rodeó los hombros con un brazo y me dijo: “¡Lonnie, eres un como una estampida de mulas (mule train), ganaste todo!” Así que cuando fui a Sunset y me preguntaron bajo qué nombre quería jugar, entonces “recordando eso” les respondí que como “Mule Train”, pues así me llamaban. Así surgió ese nombre, gracias al Sr. Marley, que era un gran hombre.

– La primera vez que lo vi a usted jugar fue en Sunset, en 1992 o 1993…
– Sí, comencé a jugar en Sunset en 1978. Es una pena que hayamos vendido el palenque hace unos tres meses; yo mismo soy miembro de la Junta directiva, y fui el último en dar el consentimiento, porque en realidad no quería venderlo.

– Desde que lo vi jugar por primera vez, Mule Train ha cosechado muchos éxitos, incluyendo los últimos años en México, ¿a qué cree que se deba esto?
– Eso se debe, básicamente a que somos un equipo. Mi hijo Ernest está conmigo en esto, nos encargamos de la crianza y del entrenamiento, y también contamos con el apoyo de gente muy capaz, además de que también tenemos gallos muy buenos. Éste es nuestro hobby. Cuando yo llego del trabajo, me voy con mis gallos. Mi hijo también tiene su trabajo, es contador público, y tiene su propio negocio, pero ambos llegamos del trabajo y atendemos a los gallos.

– ¿Cuáles son las características que lo hacen elegir un gallo para semental?
– Debe tener buen porte, buen cuerpo, robusto; y, sobre todo, buena habilidad de juego.

– ¿Cómo conserva la sangre o las familias? ¿Practica la consanguinidad?
– Uso el linebreeding. Elijo algunos pollos, los cruzo y recojo las crías resultantes, dentro de la misma línea. Pero para que yo los escoja, deben tener capacidad de juego; es preciso que uno haga eso, que sepa realizar la selección, porque si sólo se cruza dentro de la misma línea, pero a ciegas, no saldrá nada bueno.

– En el caso de las gallinas, ¿qué ve en ellas para elegir una en lugar de otra?
– Buena postura… que se paren bien, que tengan buenos ojos (es decir, ni amarillos ni verdes, sino rojos), que estén saludables.

– ¿Cuál es la edad que le parece más apropiada para que comiencen a producir?
– La mejor edad es a los dos años, pero cuando comencé con las Hatch y las Gray, el gallo Hatch que utilicé tenía 9 años y lo seguí utilizando como semental durante cuatro años más. Empleé una de sus hijas, una polla de un año de edad, para cruzarla con él, y así conseguí el resto de mis pollos. Entonces, seguía usando ese gallo casi a los 14 años de edad.

– El alimento que usted le da a sus pollos, ¿es una mezcla propia o un alimento comercial?
– Es una mezcla que yo mismo preparo: pellet, avena, maíz, semilla de girasol, trigo.…

– ¿Cuál es el porcentaje de proteína que le parece más adecuado?
– Más o menos el 14 ó 15 por ciento, pero en verano, cuando están mudando de pluma, les aumento hasta 17 ó 18 por ciento.

– ¿Le gusta usar o alguna vez ha usado anabólicos?
– No. Traté de hacerlo una vez, pero no funcionó, no sé porqué. Todo lo que uso en mis gallos es natural; lo que importa es que sean ejemplares con habilidad de juego, buena salud y alimentación; excepto eso, no necesitan nada más.

– ¿Usted acostumbra vacunar a sus animales?
– Sí, por ejemplo, los vacunamos para prevenir la gripe, la viruela, el Newcastle…



– Cuando usted jugaba aquí, en Estados Unidos, ¿quién preparaba los gallos?
– Yo mismo lo hacía.

– Y, a grandes rasgos, ¿cuál es el método de cuida que empleaba?
– Siempre me gustó trabajarlos en los bancos, con voladas. Comenzaba quizás con unas 5 ó 10 voladas y llegaba a darles hasta 40. Esta etapa duraba como 10 días; eso sí, los alimentaba a diario y luego los dejaba descansar, para que recuperaran fuerzas.

– ¿Cuánto tiempo duraba el cuido?
– Un mes. Incluso, a veces, un poco más, unas cinco semanas.

– Ahora que está jugando en México, ¿participa en el punteo de los últimos tres días?
– Sí, yo mismo lo hago. Lo que hago siempre es volarlos primero, y luego, los últimos dos o tres días, les cambio un poco el alimento. El problema con la gente en México es que los últimos días quieren darles demasiado de comer, los sobre alimentan, y un gallo que se sienta pesado no va a ganar. Lo que se debe hacer es recortarles la comida. Un verdadero gallo de pelea, con habilidad de juego, aunque se le recorte la comida va a pelear bien, y va a ganar. Los mexicanos les dan demasiado alimento y, además, muchos alimentos mexicanos no son lo buenos que debieran. Lo primero que uno debe hacer es encontrar un buen alimento. Sin embargo, lo peor de todo es que, en México, aunque uno les diga cómo se deben hacer las cosas y los criadores aparenten que finalmente entendieron y que van a cambiar; cuando uno regresa, meses después, de nuevo están haciendo mal las cosas; de nuevo volvieron al viejo estilo…

– ¿No aprendemos?
– No. Ellos ven como lo hacemos, ven que ganamos gracias a eso, pero la mayoría de los mexicanos regresan a sus malos hábitos, no sé porqué.

– Eso significa, entonces, que el problema no es sólo la calidad del alimento, sino la manera como lo administramos los mexicanos… somos necios.
– Sí, mucho. A los mexicanos no les gustan los pellets y ésos son muy importantes para los gallos.
– ¿Cuántos animales cría usted por año?
– Como 300.
– Algunas personas me han llamado y me dicen que usted no quiere venderles gallos.
– Bueno, no es que no quiera venderles mis animales, es que esto es un hobby para mí. Si criara dos o tres mil gallos, entonces podría venderlos, pero no es mi negocio, sino un hobby. Lo que pasa es que crío pocos y no tengo animales para vender. El único tiempo que mi hijo y yo podemos dedicar a los gallos son las tardes y los fines de semana; si no tuviéramos nuestros empleos y contáramos con todo el día para criar, entonces podríamos tener miles de animales para vender. Lo único que vendo son tríos, esporádicamente.
– Es que debe usted recordar que cuando un hombre tiene éxito en los gallos, pues todos quieres tener de esos gallos.
– Y eso me enorgullece y se los agradezco. Estoy muy agradecido con los mexicanos, sobre todo, porque han sido muy buenos con mis gallos y conmigo. Quizá en algunos años pueda criar más, pero hasta que me haya retirado.
 ¿A qué se dedica usted, Mr. Harper?
– Soy contratista, construimos casas y departamentos. Como les decía, mi hijo Ernest es contador y tiene su propio negocio. También tengo una hija, y ella es enfermera practicante, que es casi lo mismo que doctor.

 ¿Y ella le ayuda también?
– Ahora no. Lo hacía cuando era pequeña, pero un gallo la atacó cuando tenía 14 años y desde entonces no ha vuelto a poner un pie en el área de los gallos.
 ¿Cuál es la mayor satisfacción no económica que los gallos le han generado?
– Conocer gente como usted. El mayor placer ha sido conocer a muchas personas buenas relacionadas con los gallos, como Marley, Jack Miller he conocido a tanta gente, a muchos que han sido mis amigos de toda la vida. Pero no el dinero… ése lo tendría si pudiera yo criar miles de gallos.
– ¿Cuál es la diferencia más notoria que usted encuentra en el ámbito gallístico de los últimos diez años con lo que era antes?
– Ahora la mayoría de las personas que están en esto son, en realidad, apostadores, no verdaderos galleros; ésa es la mayor diferencia. Antes, la gente que criaba gallos solía estar orgullosa de su trabajo, de sus pollos, que peleaban hasta la muerte; sin embargo, ahora les importa más ganar dinero. Estas nuevas generaciones están más interesadas en el dinero que en los gallos, y no se ponen a pensar que si criamos buenos gallos, el dinero llegará solo. Además, ahora hay más criadores buenos en Estados Unidos, gente como Johnnie Jumper, John Moore; buenos criadores con buenos gallos.
– ¿Cómo ve usted el futuro para los criadores en Estados Unidos?
– El futuro… bueno, es probable que en 10 años ya no haya futuro, al menos como yo lo veo…
– ¿Definitivamente?
– Creo que los jóvenes no van a continuar con esto, como lo hicimos nosotros. Tienen miedo. Incluso ahora, en general, el futuro en Estados Unidos es muy difícil. Hay muchos narcotraficantes, apostadores y cosas así; ya no se trata, como antes, sólo de los criadores que se preocupaban por sus pollos. Ahora, la nueva generación se interesa más por las apuestas, por el dinero, y no por la calidad de los gallos, por la crianza.
– ¿Qué le diría usted a una persona que se acercara a pedirle tres consejos para irse a criar gallos a México?
– Primero, le diría que consiguiera pollos de un buen criador, de un criador honesto. En segundo lugar, que contara con buenas instalaciones, con un buen lugar para criarlos, buen pasto y cosas así. Y, en tercero, que se preocupara por el alimento, por darles una buena alimentación.
– ¿Hay algún recuerdos divertido o trágico que quisiera compartir con nosotros?
– Hay una lección muy importante: no confiar en nadie. Eso lo aprendí desde muy joven, pues yo solía comprar muchos pollos, antes de comenzar a criarlos, y a veces ninguno de ellos era bueno… Hubo mucha gente que abusó de mi buena fe, pero sólo así se aprende a valorar la amistad verdadera.
– Si hubiera posibilidades de corregir, ¿qué cosas cambiaría usted para que los gallos se mantuvieran vigentes?
– Primero, los volvería una actividad legal en Estados Unidos…
– Y, ¿qué cree que haga falta para que esta actividad volviera a ser legal?
– El problema principal es que los ciudadanos estadounidenses tienen una percepción muy distinta de lo que en realidad son los gallos de pelea. Ellos ignoran cómo son las cosas en realidad; desconocen la verdad del trabajo que es criar un gallo desde que está en el huevo hasta que podemos llevarlo a combatir; no tienen idea. Creen que todos somos apostadores y traficantes de drogas, pero no se ponen a pensar que también hay mucha gente buena, honesta, que participa en esto.
– ¿Qué cree usted que tiene Springfield, que hay varios criadores de gallos en esta área?
– Puede ser el clima, la tierra, la altitud… simplemente, es un buen lugar para criar gallos. Creo que, si me mudara a México, no encontraría una altura como la que tenemos aquí, y si la encontrara, me llevaría a mis gallos y los criaría allá. Aunque sería difícil… aún no he hablado de esto con los criadores mexicanos, sobre todo porque no sé hablar español; supongo que si  hablara la lengua, podría averiguar muchas cosas sobre México.
– Con la experiencia que tiene usted después de haber participado en palenques y haber sido parte del Consejo del Sunset, ¿qué cosas cree que podría mejorarse en los eventos de Juriquilla, por ejemplo?
– El problema con los eventos en México es que duran mucho tiempo. Además, no tienen los anillos alternativos que tenemos nosotros, sino que todo se desarrolla en un solo espacio y no puede haber peleas simultáneas. No sé si eso le interese a los mexicanos o si quieran cambiarlo. Por otra parte, tanto la gente de Juriquilla como la que he encontrado en los demás palenques a los que he asistido en México son muy buenas personas, siempre me han tratado muy bien. Se trata de un país y una cultura diferente, ustedes no tienen tanta prisa como nosotros. Mientras que en Estados Unidos, por ejemplo, tenemos a los apostadores y corredores que siempre tienen mucha prisa.
– ¿Le interesaría mudarse a México a criar gallos?
– Me gusta mucho México; si no tuviera aquí a mi familia, quizás ya estaría allá. Por supuesto, sé que es distinto en las grandes ciudades, donde también la gente vive con prisa; pero en las pequeñas ciudades, les gusta tomarse su tiempo y disfrutar de la vida. Hay un rancho cerca de Juriquilla a donde me gusta ir con mis gallos y ¡nunca tengo siquiera que responder el teléfono! Sólo estoy allí con mis animales, tranquilo, conviviendo y divirtiéndome con los mexicanos que están en el rancho. Para mí, es como ir de vacaciones.
– ¿Tiene usted buena relación con José Trujillo?
– Sí, tenemos una buena amistad desde hace como 10 años.
– Les ha ido muy bien en Juriquilla, son ganadores…
– Gracias, sí. Somos buenos amigos, nosotros dos y el Dr. Rubén Ariguznaga, y también Scott Bairds, además de otros que también son nuestros amigos. Nos gusta ganar, pero lo principal es que nos llevamos muy bien y nos apreciamos mucho. Así que no nos ponemos a pensar si somos los mejores o si ganamos, sino que sólo tratamos de divertirnos y pasarla bien. Son hombres sensacionales.
– Ya que menciona usted a Scott, creo que él es parte importante del equipo.
– Así es, es una parte muy importante de nuestro equipo.
– ¿Él va a México sólo los últimos días o prepara con tiempo a los gallos?
– La tarea fundamental de Scott es entrenar a los gallos. Él y yo hemos trabajado juntos por 15 ó 20 años y él se encarga de preparar a los animales; de hecho, cada vez que íbamos a jugar a Sunset, él los preparaba. Scott Bairds es un estupendo preparador, uno de los mejores. Cuando estábamos en Sunset, él jugaba para el partido “Simmy”… y casi olvido mencionar a Gene Brown, que también es parte importante y buen amigo nuestro: Gene, Scott, el doctor, José y yo.